Aniversarios tan importantes como los de hoy, tanta historia recorrida, nos llevan a preguntarnos acerca de cómo empezó todo. Vemos a la escuela tal como es ahora, a las personas que en este momento forman parte de ella y tenemos presente nuestra experiencia -breve o dilatada en el tiempo- entre sus paredes tan imponentes. Son muchos los recuerdos en los que la escuela vive de una forma u otra, en diferentes épocas, en contextos más cercanos o distintos. Algunos evocarán actos en el flamante salón de actos, con su cortinado rojo, su piano y sus palcos, a los que alumnos de pantalones cortos o polleras medidas escrupulosamente con regla asistían en impecable formación bajo la mirada atenta de las maestras de aquel entonces. Otros rememorarán una humilde construcción de madera y chapa de hace muchos años, cuadernos con cuidada caligrafía, lecciones al frente de la clase y punteros. Y habrá muchas historias más, imágenes, sentimientos de cada persona que en un momento u otro pasó por la escuela.
¿Por qué hace 135 años? En esa época se estaban dando grandes cambios en nuestro país. En 1884 se había promulgado la ley 1420 de educación laica, pública, gratuita y obligatoria, con lo cual el Estado garantizaba el cumplimiento de ese derecho hasta entonces reservado a unos pocos. Unos años antes de eso, en 1871, en lo que hoy conocemos como Berisso se había creado el Saladero con lo cual se había generado una creciente demanda de mano de obra. Sin embargo, hasta entonces los obreros y sus familias no habían podido recibir educación.
Es así como el 23 de noviembre de 1885 67 niños agrupados en tres secciones comenzaron a aprender a leer y a escribir en una modesta vivienda de madera y chapa en las calles Montevideo y 12 (Punta Arenas) que en ese momento pasó a denominarse Escuela N° 16 y pertenecía al partido de La Plata. La primera maestra de ese establecimiento fue Carolina Milburg. Por aquel entonces la escolaridad era más limitada ya que los alumnos sólo podían estudiar hasta 3° año.
Luego de funcionar por un tiempo en los galpones de los saladeros y en el barrio de la iglesia María Auxiliadora (10 ex Callao casi Montevideo), pasa a ocupar el actual edificio en 1960, tres años después de la autonomía de Berisso.
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