En esta novela hay terror, suspenso, una maldición que debe romperse antes de la luna llena o ya será irreversible, hay peligros y un niño que lucha contra su naturaleza de lobo, tratando de hacer el bien. Pero también hay amistad, personas que siguen al lado de Búho aún en sus peores momentos, cuando ya empieza a convertirse en una amenaza, todo pelo y garras y colmillos largos sedientos de sangre.
Búho ya sabe lo que tiene que hacer para volver a ser un niño normal pero tiene dudas. Por un lado, el amuleto le quema como ácido y no quiere ponérselo. Por otro, el lobo en su interior está más fuerte que nunca, queriendo salir a cazar pequeños animales, correr por el bosque y aullar a la luna. Y también pesa mucho el hecho de que no quiere volver a ser débil como antes; le encantan estos nuevos poderes, la rapidez, los sentidos sobrenaturales, el miedo que inspira a quienes quieren hacerle daño.
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